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Fuera de todo periodo de garantía. Jorge Gonzalvo es escritor, editor, guionista y trabaja como Administrador de Sistemas en Aragón TV. Imparte talleres de escritura creativa desde hace más de 15 años. Dirige Atrapavientos e intenta, sobre todo, aprender mucho de todos sus compañeros: a ver si se le pega algo. Ha publicado varios álbumes ilustrados en compañía de ilustradoras tan maravillosas como Cecilia Varela o Elena Odriozola. Su lectora favorita es su sobrina Zoe. Toca el ukelele, el bajo y la armónica y su lema es: “no gracias, no quiero ser interesante”.

Mamen Delpón es la mujer que puede conseguir todo lo que se proponga. De pequeña quería ser corresponsal de guerra pero uno de sus profesores consiguió un Goya remando al viento y decidió que prefería hacer realidad los sueños de otros de la mejor manera posible. Por eso es productora. Sostiene con firme convicción que: “Lo fácil para ya, lo difícil para mañana y para los imposibles dame una semana”. Es experta en aliñar ensaladas y en terminar las frases que otros comienzan. Y, por si no lo sabías, el nombre tan chulo de Atrapavientos se le ocurrió a ella.

María José Floriano Novoa dejó la radio y la televisión por la literatura infantil y juvenil y, aunque se ha dado cientos de cabezazos, permanece ilesa. Como periodista, su mochila está cargada de historias que quizá no cuente pero, se frota las manos cada vez que dice eso de “la realidad supera a la ficción”. Por el camino se encontró con la fotografía y coqueteó con el doblaje. Desde entonces cuenta, escribe, da clases, las recibe. Una de sus mayores aficiones es levantar los pies del suelo y echar a volar. A veces canta, de eso es mejor que no se entere nadie.

Benjamín Recacha, más conocido como Benja a poco que haya confianza, es periodista, profe y escritor. Ha trabajado en prensa, TV, radio, gabinetes de prensa y agencias de comunicación, y ha escrito varias novelas y montones de relatos y cuentos. Su sueño es vivir en la montaña, dedicando el día a escribir, a pasear por la naturaleza y a compartir su pasión por los libros y por la vida con quienes sean capaces de aguantarlo. En realidad, es un tipo majo, siempre con la sonrisa a punto. Ah, le encanta llevarle la contraria a Jorge Gonzalvo.

Antonio J. Cuevas se tragó tantas series, pelis y dibujos animados de pequeño, que pensó que todo aquello era real. Todavía lo piensa.
Tampoco le importa mucho si está equivocado, porque su vuelo le llevó a ser guionista de televisión y escritor. ¡Y hasta se atrevió a dar clases! La sorpresa fue que había gente dispuesta a escucharle. Como buen géminis, es incapaz de decidirse, así que sigue dando clases a la vez que planea sus novelas, escribe guiones y juega con sus dos hijos. Por la noche, tarda en dormirse. Y es que siempre hay alguna historia que se le resiste.

Ángel Domingo es diletante genético y peatón perezoso. Formado en comunicación, filosofía y derecho, no sabe nadar ni conducir. El ginecólogo ejecutó su desahucio del vientre materno por cesárea. Criado en una librería, es un tsundoku incorregible. Necesita la palabra tanto como el café. Ha trabajado como freelance en varios medios, asesora sobre comunicación y oratoria y ha publicado diversos álbumes ilustrados, traducidos a idiomas que es incapaz de descifrar. Al menos, reconoce su nombre en las cubiertas. Ha impartido talleres literarios, de creatividad y de comunicación en Europa, América y África.

Cuando Anabel era pequeña solía coger los libros de la biblioteca de casa, numerarlos y repartirlos entre su alumnado imaginario. Jugaba a ser bibliotecaria o profe. En su familia se dieron cuenta de que sabía leer porque se sentaba a leer el periódico a medias con su abuelo. Estaba claro que lo suyo era ser filóloga. Pero se enamoró del oficio de librera, aunque cuando se mudó a Zaragoza por amor, pensó que era momento de dedicarse a su otra pasión: la corrección de textos. Y los duendes que busca en sus caminatas por los montes de su Galicia la llevaron hasta Atrapavientos, para poder hacer lo que más le gusta del mundo: estar entre palabras y gente.

Lucía Pitarch tiene una misión en mente. Hay que encontrar y contar las historias y recuerdos que vagan por el mundo en busca de autor. Creedme hay muchas, y si no las veis id corriendo a una óptica a haceros gafas. Graduada en Filología Hispánica, escritora, lectora y ávida rastreadora de gente a la que le guste escribir y recoger a historias huérfanas por el camino para darles voz. De mayor quiere ser bruja, pero hasta que eso suceda, se dedica a escribir, dar clases de español para extranjeros, talleres de escritura e investigar las lenguas.

La ilusión de Susana es ser bibliotecaria aunque trabaja en una librería, algo que le encanta. La cosa es estar entre libros. Siempre se recuerda con uno en la mano y aunque, últimamente, no lee todo lo que quisiera su sueño es tener una habitación forrada de estanterías repletas de libros y un sillón orejero. Los libros ya los tiene, le falta espacio y tiempo. Comenzó en Atrapavientos de la forma más inesperada: asistió a un taller y enseguida se enamoró del proyecto. A ratos ejerce de Pepita Grillo de Jorge Gonzalvo. Pero solo a ratos.

Manuel Durán, también conocido como Manu, es un gran tipo, dotado de un excelente sentido del humor y una extraordinaria capacidad para improvisar. Actor y fotógrafo; si lo llamas para quedar siempre te dirá que tiene ensayo. Tiene una colección de drones en la bañera y hay quien afirma que muestra un parecido razonable con un tal Onomatopeya King. No acude casi nunca a las reuniones pero cuando viene lo notas enseguida porque te contagia enseguida con sus bromas. Saboteador de talleres y campañas de fomento a la lectura, Manu es un auténtico batallador contra el aburrimiento.